¡La bola entró! Señor…
Estudiamos la trayectoria de la pelota en la pista de tenis y descubrimos una zona de seguridad por donde nunca pasa la bola, y lo aprovechamos para solapar el vuelo de la pista de pádel que se encuentra elevada en la cubierta de un espacio polivalente tremendamente atractivo para el cliente. En un único nivel habría sido imposible encajar las dos pistas. El cliente quedó encantado.